SÁNCHEZ IBARZÁBAL, PALOMA
Qué fastidio que los adultos no sepan nunca entender los dibujos de los niños. Eso cree Rosalín, hasta que se encuentra a la abuela que, como suele ocurrir, es la más lista y está dispuesta a escuchar. Las divertidas ilustraciones de Urberuaga añaden humor y expresividad.