Dotado de una historia pretexto a guisa de marco ?la peregrinación del homónimo protagonista, quehuye de los incestuosos asedios de su madrastra?, El Menandro (Jaén, 1636) incorpora novelle a laitaliana, «relatos bizantinos en miniatura» y «cuentos apicarados». Si bien tampoco faltanparalelismos con las Etiópicas de Heliodoro, la peripecia revela un notable apego tanto a la ficciónbreve como a los secuaces de Boccaccio, fruto del diálogo de Menandro con diversos personajes quepropician la función de mise en abyme de tales fábulas. De acuerdo con el signo heterogéneo quedefine la «narrativa larga» de Reyes, en esta edición se sondean sus fuentes y motivos, anclados amenudo a un proceso de reescritura. El novelista supo multiplicar en una disposición fragmentarialas tramas y rastros de sus palimpsestos, cuyo camuflaje obedecía al veto de la Junta de Reformación(1625-1634), que retrasó la entrega de la obra a los tórculos. De ahí, sin duda, las tres emisiones dela princeps.
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