En Entremés famoso del poeta, Agustín Moreto presenta una crítica mordaz hacia la figura del intelectual pretencioso. El protagonista es un poeta vanidoso, obsesionado con su propio talento, pero incapaz de demostrarlo realmente. Su actitud lo convierte en blanco de burla, pues más que un creador genuino, es un personaje ridículo cuya única preocupación es impresionar a los demás.El teatro, en este contexto, no solo funciona como un medio de entretenimiento, sino también como un reflejo de la sociedad. La obra deja claro que la comedia es una forma de enseñanza popular, donde el público puede reconocer y cuestionar los engaños del mundo. A través de los diálogos, se insinúa que el escenario es un espacio en el que se exponen los vicios humanos, ayudando a los espectadores a comprender las trampas y falsedades de la vida cotidiana.Además, Moreto ridiculiza el abuso del lenguaje barroco y la pedantería literaria. Durante el Siglo de Oro, muchos escritores se inclinaban por un estilo recargado, buscando impresionar con su complejidad más que con el contenido. La obra satiriza esta tendencia, mostrando cómo ciertos autores priorizan el ornamento verbal sobre la profundidad de sus ideas, lo que los vuelve figuras caricaturescas en lugar de verdaderos pensadores.