Jaguar entre la maleza articula un territorio dividido en dos geografías complementarias. Las Aleluyas despliegan una cartografía urbana poblada de personajes al margen, cuyas historias fragmentadas revelan las fisuras de nuestro presente. Las Mínimas cristalizan en una suerte de sentencias aforísticas la mirada de un observador poco complaciente. Un libro que navega entre el realismo y la lírica descarnada, construyendo un lenguaje poético donde lo sublime emerge en ocasiones de lo degradado. La ironía actúa en estos breves textos como antídoto de la amargura, mientras la memoria personal se entrelaza con la colectiva para componer una serie de universos cotidianos en la cual reconocernos. Una obra que rechaza el escapismo y el panfleto, eligiendo en su lugar la crudeza y la honestidad