En la década de los 80, en plena movida madrileña, algunos cambios existenciales intermitentes me llevaron a experimentar con sustancias psicodélicas un encuentro con la espiritualidad.Al final de la década me formé en psicoterapia Gestalt, haciendo a la vez terapia individual con el psicólogo Francisco Peñarrubia, retiros de meditación y experiencias psicodélicas con Claudio Naranjo, médico y psiquiatra, uno de los pioneros investigadores a nivel internacional sobre una variedad enorme de sustancias psicodélicas, y gracias a él también me inicié en la toma de ayahuasca con los chamanes brasileños del Santo Daime.La toma de sustancias psicodélicas hecha con varios maestros expertos que comento en el libro, me ayudaron a abrir el corazón, volver a mí mismo y conectar con mi alma. La psicoterapia Gestalt establece de por sí un tipo de abordaje espiritual al poner la atención a lo que está ocurriendo en nuestro interior.