Emilia Pardo-Bazán y de la Rúa-Figueroa, nació en La Coruña el 16 de septiembre de 1851.
Hija de aristócratas, fue educada en casa con los mejores profesores y ya desde muy pequeña demostró su amor por la literatura y la escritura, comenzando a escribir pequeños relatos con apenas 10 años.
Contrajo matrimonio con José Quiroga y Pérez Deza, también aristócrata, con 16 años. Durante una larga temporada, junto a sus padres, recorrieron España; viajes que sirvieron para que Emilia se empapara de la situación de la mujer y de la realidad de su propio país.
En 1873 toda la familia Pardo Bazán abandona temporalmente España debido a motivos políticos. El viaje se prolonga por varios países de Europa, lo que despierta en Emilia la inquietud por los idiomas, con el deseo de leer a los grandes autores de cada país en su lengua original. Su interés intelectual y literario va en aumento y en 1879 escribe su primera novela, Pascual López. Autobiografía de un estudiante de medicina. Un año después se hizo cargo de la dirección de la Revista de Galicia. En 1881 publica Un viaje de novios; el prólogo de este libro es importantísimo para comprender lo que significa el naturalismo en la obra de Emilia Pardo Bazán, así como la serie de artículos que publica entre 1882 y 1883 para la revista La Época y que agrupa bajo el título de La cuestión palpitante. Esta recopilación de artículos la catapultó como una de las principales impulsoras del naturalismo en España y tuvo un gran impacto social. El escándalo generado por su publicación llevó a su marido a pedirle que parara de escribir, lo que finalmente provocó la separación del matrimonio.
Cabe destacar entre su obra otros títulos como La Tribuna (1883), Los pazos de Ulloa (1886), La madre naturaleza (1887) o La piedra angular (1891), ubicadas todas ellas en la técnica naturalista. Otras novelas que se apartan de esta corriente y también conviene reseñar son El cisne de Vilamorta (1885), Insolación (1889 ), Morriña (1889), Una cristiana (1890), La prueba (1890), Doña Milagros (1894), Memorias de un solterón (1896), La quimera (1905), La sirena negra (1908) o Belcebú (1908). También tuvo una ingente producción de relatos, así como de libros de viajes, ensayos literarios, escritos periodísticos y poesía.
Tanto la obra como la vida de Emilia Pardo Bazán revisten un fuerte carácter feminista, una incansable lucha por la emancipación social e intelectual de la mujer. Y en este sentido, obtuvo varios logros excepcionales para la época: fue la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid en 1906; así como la primera mujer en ocupar una cátedra de literatura en la Universidad Central de Madrid, a pesar de estar prohibida la educación universitaria a las mujeres y de sufrir el boicot de la mayoría de alumnos y profesores. También fue nombrada Consejera de la Instrucción Pública por Alfonso XIII.
Emilia Pardo Bazán falleció el 12 de mayo de 1921 en Madrid debido a una complicación de su diabetes.