Años antes de su desaparición, el 20 de agosto de 1995, en Suiza, Hugo Pratt declaró: "No me desagrada la idea de que alguien pueda algún día retomar Corto Maltés". Pese a la ausencia de su creador, el héroe icónico seguía viviendo en el inconsciente colectivo de los acérrimos seguidores del noveno arte.
Tras veinte años de espera, Patricia Zanotti, directora de Cong, la empresa propietaria de los derechos de Hugo Pratt, seleccionó a dos conocidos autores españoles para que volvieran a dar vida al fascinante personaje. El laureado guionista de Blacksad, Juan Díaz Canales, a cargo del texto. El dibujante Rubén Pellejero, conocido entre otras cosas por la serie Dieter Lumpen, se encargaría del dibujo.
Para verificar si el nuevo tándem tenía opciones de salir adelante, éste realizó tres páginas de prueba: un mini relato que se desarrollaba en 1915, unos meses después de La balada del mar salado. La historia, que mantenía las señas de identidad de Hugo Pratt, sirvió no sólo para convencer a los editores, sino a todo el mundo responsable del futuro próximo del personaje. Así fue como dio comienzo la nueva andadura del aventurero maltés, que se ha concretado en esta primera entrega, bautizada como Bajo el sol de medianoche.
En Bajo el sol de medianoche Corto Maltés se cruza con numerosos personajes de extraordinario destino cuya procedencia, en muchos casos, es la propia realidad histórica. Además de al escritor Jack London, el lector avispado reconocerá a Waka Yamada, ex prostituta japonesa dedicada a la lucha en favor de los derechos de las mujeres, así como al explorador afroamericano Matthew Henson, quien alcanzó el polo norte en 1909 al mismo tiempo que Robert Peary, pero que jamás conoció los honores de su compañero de equipo debido al color de su piel, o la silueta robusta del buscador de oro "Klondike" Joe Boyle, que se convirtió en entrenador del boxeador australiano Frank Slavin antes de hacerse mercenario al servicio de los rusos y, más tarde, caballero de la reina María de Rumanía.
En esta nueva etapa de Corto Maltés se mantiene la esencia que Hugo Pratt imprimió a la serie, la esencia que ha embriagado a los amantes del cómic durante décadas. Rubén Pellejero recupera los trazos de Pratt aportando su estilo personal y detallado en los paisajes y la paleta de colores. Juan Díaz Canales mantiene la ironía, la acción y las historias cautivadoras, haciendo especial hincapié en los diálogos.
Corto Maltés regresa con fuerza.
