Ray Bradbury se ha ganado con creces el estar en el podio olímpico de los escritores de ciencia ficción. Aunque paradójicamente él nunca se consideró autor de ciencia ficción. Y en cierta medida, no le faltaba razón; porque, al igual que los otros grandes autores de este género literario, Bradbury escribía trascendiendo el propio género. En sus historias la ciencia, la tecnología, los mundos distópicos o los mundos que están fuera de nuestro planeta son como el McGuffin de Hitchcok; son lo accesorio, lo que le permite contarnos historias cotidianas trufadas de elementos fantásticos, no para predecir el futuro sino para prevenirnos de él. Da igual donde se desarrollen las historias del escritor californiano porque en realidad nos están hablando de lo cercano, de las emociones, sensaciones, circunstancias que vivimos en nuestro día a día. Citando a Jacinto Antón, se puede decir que Ray Bradbury nos introduce en cada uno de sus textos en una "atmósfera de relato fantástico envuelto en lo cotidiano".
Y además nunca la ciencia ficción, la fantasía, ha estado tan cerca de la poesía: sus escritos rezuman belleza poética. Con permiso de Celaya, Bradbury hizo de la poesía un arma cargada de futuro. No en vano, también fue poeta. Y guionista de cine y televisión. Y ensayista. Un hombre ilustrado.
En el centenario de su nacimiento, queremos rendir homenaje a Ray Bradbury e invitaros a leer y disfrutar su obra.