Corto Maltés, un personaje de cómic que ya ha trascendido sus propias páginas: puede que nunca hayamos leído alguna de sus aventuras, pero eso no impedirá que reconozcamos su gorra y su pendiente de aro, su eterno cigarro, su estampa bohemia… en cualquier lugar donde le veamos dibujado.
Hugo Pratt creó a Corto Maltés a finales de los 60 del siglo XX. Ya desde su nacimiento Pratt le dotó de un encanto especial: nacido en la capital de la isla de Malta, hijo de una gitana oriunda de Sevilla y un rabino enrolado en la marina británica. No se puede tener una génesis más original y prometedora.
No obstante, el escritor veneciano no se imaginaba cuando ideó sobre el papel al aventurero maltés que en ese momento estaba dando vida a un futuro icono universal. Porque más allá de sus aventuras, Corto Maltés representa todos esos ideales con los que a la mayoría de seres pensantes nos gustaría regir nuestras propias vidas. Corto es independiente, individualista, pero generoso, siempre presto a ayudar al que lo necesite y merezca esa ayuda. Corto es tolerante, no juzga, aunque tampoco le gusta ser juzgado. Es atractivo pero distante, despreocupado pero atento, no teme el peligro. Es un héroe que no se jacta de ello, y no se jacta de ello porque posiblemente ni si quiera sea consciente de serlo. Corto Maltés, en definitiva, es ese espejo de libertad en el que nos gustaría reflejarnos.
Cualquier momento es bueno para sumergirse en las historias de este aventurero por excelencia. Os invitamos a que viajéis de su mano desde los mares del Pacífico y sus piratas nostálgicos hasta las cálidas aguas caribeñas, desde la nieve de Siberia hasta los mágicos canales de Venecia, desde las lagunas de América del Sur hasta las tierras neblinosas de Irlanda... incluso a la utopía de algún continente desaparecido. Os invitamos a que os embarquéis con Corto Maltés y con el resto de personajes inolvidables que le acompañan a lo largo de sus aventuras. No os arrepentiréis.