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Vivimos en un mundo muy desigual. Para muchos habitantes del mundo, abandonar su lugar de origen puede ser la mejor salida, y en ocasiones la única, de mejorar su vida. La migración puede ser muy eficiente para aumentar el ingreso, la educación y la participación de individuos y familias y mejorar las perspectivas futuras de sus hijos. Pero tiene un valor incluso mayor: la capacidad de decidir dónde vivir es un elemento clave de la libertad humana. No existe un perfil único de los migrantes del mundo: temporeros de la fruta, enfermeras, refugiados políticos, trabajadores de la construcción, académicos y programadores de computación son todos parte de los casi mil millones de personas que se desplazan al interior de sus países o allende las fronteras. Cuando la gente cambia su lugar de residencia, se embarca en un viaje de esperanza e incertidumbre, ya sea en su país o en el extranjero. La mayoría de ellos se traslada en busca de mejores oportunidades, con la esperanza de combinar sus propios talentos con los recursos del país de destino en beneficio propio y de sus familiares cercanos, quienes a menudo les acompañan o les siguen después. En conjunto, las comunidades locales y las sociedades también se han beneficiado, tanto en el lugar de origen como en el de destino. La diversidad de estas personas y las reglas que rigen sus movimientos hacen de la movilidad humana uno de los temas más complejos que enfrenta el mundo hoy, especialmente en medio de la actual recesión mundial. Superando barreras: movilidad y desarrollo humano analiza de qué manera el mejoramiento de las políticas en torno a la movilidad pueden estimular el desarrollo humano. En primer lugar, traza las líneas generales del desplazamiento humano, es decir, quién se traslada hacia qué lugar, cuándo y por qué, antes de analizar el amplio abanico de efectos de este cambio en los migrantes y sus familias y en los lugares de origen y de destino. Ofrece además argumentos para que los gobiernos reduzcan las restricciones al desplazamiento tanto al interior de las fronteras como a través de ellas, de manera de ampliar las alternativas y las libertades humanas. Por otra parte, aboga por medidas prácticas destinadas a mejorar las perspectivas de los recién llegados, lo que a su vez generará grandes beneficios tanto en las comunidades que les reciben como en las que quedan atrás. Las reformas no sólo están dirigidas a los gobiernos de los países de destino, sino también a los de origen y a otros actores, fundamentalmente al sector privado, las asociaciones gremiales y las organizaciones no gubernamentales, así como también a los propios migrantes. El Informe sobre Desarrollo Humano 2009 pone el desarrollo humano en un lugar destacado de la agenda para el desarrollo de aquellas autoridades dispuestas a buscar los mejores resultados a partir de patrones de movimiento humano cada vez más complejos en el mundo entero.