En Ca la Viuda, una casa de pueblo un poco apartada, hace tiempo que no se acerca nadie. En su interior siguen vivos los fantasmas de los que la habitaron, esperando la vuelta de la última mujer de la familia. Y al fin llega Maria, una mujer joven y poco sociable, acarreando consigo la realidad más gélida. Medio viva y medio muerta, completamente perdida. Pero, a pesar de su voluntad de aislamiento y del autoabandono extremo, Maria va a tener cerca a dos vecinos muy especiales: Manel, un hombre discreto, frágil y bondadoso, y su alegre compañera Cristineta, que irrumpe como una riada en la vida de cualquiera del pueblo. Una novela triste y hermosa que nos habla, de una manera casi macabra, del duelo imposible y de la soledad extrema. Pero también de la necesidad ineludible de los demás, de las primeras grietas del deshielo emocional y de la vida que sigue y florece, pese a todo.